Aunque con este nombre parece que se trate de algo muy complicado, en realidad se trata de un ejercicio muy simple que los alumnos se toman casi como un juego. Se trata de escribir un poema cuyos versos tengan todos la misma estructura: un adjetivo que nos defina y una comparación lo más "literaria" posible (a ser posible, huir del tópico o la frase hecha y buscar la originalidad).
Ya tenemos las comparaciones... ¿y lo de acróstico? Para que sea un poema acróstico, la letra inicial de cada verso deberá formar una palabra: en este caso, el nombre del autor o autora.
Además de trabajar el lenguaje poético y aprender nuevo vocabulario, con este ejercicio podemos contribuir a desarrollar en nuestros alumnos la imaginación y la creatividad, lo cual no está de más... ¡aunque no vayan a ganarse la vida como poetas!
Imaginativo como un sueño
Cortés como un noble caballero
Espontáneo como el viento
Novedoso como una noticia
Tentador como un duelo
Completa como una enciclopedia
Expresiva como un cuadro de museo
Laboriosa como una hormiga
Indecisa como el tiempo meteorológico
Alegre como una bella flor
Auténtico como la Mona Lisa
Negociante como Zapatero
Tierno como un pastel
Hablador como una cotorra
Orgulloso como el rey
Nervioso como un toro
Yonqui como el rasta
Alegre como un mono cuando le das un gusanito
Luminoso como una lámpara de Ikea
Valiente como una cucaracha contra un guepardo
Acrobático como un mamut dando volteretas
Responsable como el perro que cuida del gato
Original como este poema
Altanera como una hiena
Noble como el sol
Alegre como la estrella fugaz
Bohemia como la luna al amanecer
Eufórica como el volcán
Lúcida como el ordenador
Loca como el huracán
Espontánea como el viento
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